Impresión sobre Herencia, exposición de Astrid Jahnsen que se puede visitar en la Sala Miró Quesada de Miraflores hasta el 15 de diciembre.
Por: Alondra Piedra
“Abuela, ¿por qué en todas tus enciclopedias sólo hay hombres?”, preguntaba inocentemente la pequeña Astrid Jahnsen cada vez que le daba vida a uno de los antiguos documentos más importantes y completos que hay para instruirnos sobre un conjunto de conocimientos humanos.

Esa misma interrogante acompañó a Astrid a lo largo de su vida, y años más tarde, fue la chispa que impulsó un proyecto de investigación que hoy se ha convertido en una exposición de arte presentada en la Sala Miró Quesada de Miraflores.
Para llegar a la exhibición de Jahnsen recorro las calles miraflorinas sin la compañía del acogedor brillo solar que ha estado manifestándose sobre la ciudad de Lima en los últimos días, pero quizás eso es lo correcto. Por lo menos, por ahora que voy a visitar la ‘Herencia’ de Astrid Jahnsen, ya que los colores de sus obras combinan con el gris del cielo y el sombrío descubrimiento que la hizo crear este proyecto en primer lugar.

Colocar un pie en la sala se sintió como emprender un viaje a una especie de dimensión paralela; de pronto, ya no estoy ubicada en el corazón de Miraflores, ni siquiera en este mundo, ahora estoy en un espacio donde el tiempo no existe y donde cada paso sobre el reluciente piso de madera me lleva a una estación diferente, con la forma de un cuadro, lleno de historias y conocimiento.
A simple vista, la exposición de Astrid Jahnsen podría parecer ordinaria; paredes blancas con imágenes en blanco y negro y cuadros oscuros. Sin embargo, lo que pocos se percatan es que dentro de este espacio minimalista se encuentra un mensaje codificado y una crítica hacia la sociedad machista a través de las obras ‘Telón de fondo’ y ‘La mirada perdida’, trabajos que Jahnsen creó basándose en los libros que heredó de su abuela.

De las paredes blancas cuelgan una serie de cuadros que tienen de imagen las fotografías que Astrid le tomó a las enciclopedias y libros de arte heredados de su abuela. Normalmente sería difícil apreciar este nivel de detalle (o en este caso, distorsión), pero el lente que ella usó le permite un gran acercamiento que revelan la matriz de los puntos de la imagen impresa y en un plano más metafórico, también nos ayuda a desentrañar la trama ideológica detrás de la perspectiva de género.
En el centro, encerrados bajo una estructura de plástico transparente, hay libros con separadores que dividen sus amarillentas páginas estratégicamente como Jahnsen quiere que notemos para comprender el mensaje de su exposición. En ‘Telón de fondo’, Astrid busca retratar a las mujeres que aparecen inadvertidamente en las páginas de la Encyclopedia Britannica y en la Collier’s Encyclopedia de 1962 para dejar en evidencia la escasa presencia femenina o su participación como parte del telón de fondo en algunas imágenes, en algunos de los libros más importantes del mundo.

No toma mucho tiempo para darnos cuenta cómo el propósito de las imágenes re-fotografiadas es un intento de darle otra mirada a estas clásicas piezas que la formaron de niña para darles otra mirada, casi como “volverlos a ver” pero con un enfoque diferente: uno que reivindique el papel de la mujer y se desprenda del sesgo masculino y patriarcal dentro de “una visión ordenada y racional de lo que vale la pena saber del mundo” como son las enciclopedias. Ahora, si eso es cierto, pero no se encuentra una foto decente de una mujer por ninguna parte, creo que el mensaje se cuenta solo.
Debo ser sincera, al principio no comprendí en lo absoluto en mensaje que la artista Astrid Jahnsen me comunicaba a gritos con estas imágenes. Por ello, interrumpí el recorrido natural y decidí releer sus textos y dejar que su voz me guíe por este camino. Fue ahí donde comprendí, donde todo tuvo sentido. Se sintió como un momento de sabiduría absoluto, pero más que eso, el mensaje resonó en mí no solo por mi sensibilidad hacia el arte, especialmente como mujer y feminista en tiempos donde sobre todo en un país como el Perú, donde necesitamos acabar desesperadamente con la violencia de género.
Tengo suerte. Por ahora la sala está vacía y está a mi total disponibilidad para detenerme a observar cada fotografía con detalle y serenidad. Ahí es cuando visitó la serie ‘La mirada perdida’, segunda parte de esta exhibición.

De inmediato somos recibidos por exóticas fotografías que a pesar de tener una apariencia difícil de distinguir, el sentimiento a museo de arte nos indica que efectivamente son parte de la historia del arte. Y es que para ‘La mirada perdida’, Jahnsen se encargó de fotografiar reproducciones de retratos femeninos que forman parte de una colección dedicada a las obras maestras de pintura, todas hechas por hombres, claro.
Previa a esta observación, no me había percatado que desde los inicios de la historia del arte, la mujer siempre ha sido limitada al papel de objeto de contemplación, casi como si se despojaran de sus características humanas y solo sean útiles para funciones superficiales.
Recorremos la sala, pero las imágenes nunca logran revelar un vistazo más distinguible y no terminan de ser comprensibles por más que lo intentemos. Y es que de manera fallida, Astrid Jahnsen trata de registrar el modo en que las mujeres retratadas en estas pinturas podrían verse a sí mismas sin el sesgo masculino. Pero ahí está lo poético y revelador de su arte. No se pudo. El resultado fue un fracaso porque Jahnsen no logró fotografiar estas imágenes para que las mujeres se vean a ellas mismas, señalando de forma convincente la diferencia entre los géneros y de alguna manera, demostrando la gran dependencia e impacto de la perspectiva masculina en nuestras vidas.
El camino hacia la puerta principal parecía eterno, y eso es porque lo utilice para asimilar y reflexionar todo lo que había aprendido viendo esta exhibición. Para ser sincera, al principio pensé que no disfrutaría de esta exposición pues a simple vista las fotografías de baja resolución y en blanco y negro no me llamaban mucho la atención. Sin embargo, una vez que comprendí como la perspectiva masculina ha influenciado en nuestra imagen de mujer, lo que consideramos bello o no y nuestra participación en la sociedad todo cambió. Fue como una llamada de atención intensa pero necesaria.

Con ‘Herencia’ quedó demostrado el papel que (no) han tenido las mujeres en los diferentes campos de la vida, sean estas las de historia, ciencia, arte o política a lo largo de los años. Me abrió los ojos y ahora, sobretodo en tiempos que vivimos, siento que no nos queda de otra que empezar a mirar todo el mundo de manera distinta y esperar que esta nueva luz nos ilumine hacia un camino diferente y más igualitario, uno donde ya no seamos ‘la mirada perdida’ en el ‘telón de fondo.
Para los interesados, ‘Herencia’ de Astrid Jahnsen seguirá en exhibición hasta el 15 de diciembre de este año en la Sala Miró Quesada de Miraflores.
Comments